La inversión en infraestructuras olímpicas para 2012 y 2016 ronda los
10.000 millones que, sumados a los 1.500 que necesita Madrid2020,
rebasan los 11.000 millones de euros que destinó la capital británica.
Foto:Sergio Barrenechea (EFE) |
Siempre es difícil cuantificar el impacto de unos Juegos: Londres, cuyo modelo Madrid dice que copiará y hasta mejorará, atrajo una cantidad apreciable de turistas y creó a corto plazo 50.000 empleos; pero la capital británica espera un déficit de aproximadamente 4.000 millones de euros que amputará todo conato inversor en los próximos tiempos. En el caso de Madrid no hay duda: la Caja Mágica, el Madrid Arena y el resto del recinto de la Casa de Campo, el Centro Acuático y otras instalaciones e infraestructuras siempre vinculadas a la organización de olimpiadas rozan los 10.000 millones de euros.
Ahora la candidatura la encabeza la alcaldesa Ana Botella, pero el frenesí inversor llegó de la mano de su predecesor en Cibeles, Alberto Ruiz-Gallardón. Gallardón, que abonó 12.000 millones en grandes obras y proyectos y ha dejado en herencia a la capital una deuda de 7.500 millones de euros, es el principal exponente del derroche de la ciudad aspirante.
La capital británica, por cierto, estimó que gastaría 5.000 millones y acabó más que doblando esa cifra. Madrid ya la ha gastado, y aún le queda un penúltimo esfuerzo para acabar de rematar ese –casi- 80% de instalaciones que ya tiene construido. De hecho, los 1.500 millones proceden del 20% restante, que se harán si Madrid resulta vencedora en la ronda final de Buenos Aires, que se celebrará en septiembre y en la que también estarán ciudades como Estambul y Tokio. Los recintos ya levantados, algunos sin apenas actividad como el pabellón de la Caja Mágica, son otro de los argumentos a los que recurren los defensores de la candidatura, cada vez con menos adeptos entre los ciudadanos de a pie que en 2012 y 2016.
Fuente: vozpopuli
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